Si tu salón es pequeño y no puedes ampliarlo, te damos algunos trucos para que consigas que parezca más grande, más alto y más luminoso. Parece magia, pero es ciencia.
Para empezar, es importante entender que percibimos el tamaño de las cosas en relación al tamaño de los elementos que las rodean. Por lo tanto, para que un espacio parezca más grande debemos colocar elementos pequeños. Si en el salón colocamos muebles pequeños, veremos el espacio más amplio.
Para conseguir profundidad en la sala, tenemos que sugerir distancias. Cuando tenemos objetos lejanos, los vemos más claros y con menos detalles. Por eso, para “engañar” a nuestro cerebro y aumentar la perspectiva del salón tenemos que decidir qué muebles queremos que se perciban más lejanos y cuáles más cercanos. Los que queremos que se perciban lejanos deben ser claros y lisos y los que queremos que se vean cercanos deben tener texturas y estampados.
Si queremos conseguir que las paredes resulten más altas o más anchas solo debemos pintarlas con rayas. A diferencia de lo que se cree, para que la pared parezca más alta tenemos que pintar líneas horizontales y para que parezca más ancha, líneas verticales.
Para conseguir más luminosidad en el salón sin añadir luz, solo debemos añadir contrastes luminosos. Según la teoría “ilusión de contraste” solo hace falta añadir sombras alrededor del color que queramos que se perciba más claro y luminoso. Por ejemplo, si pintamos la carpintería de las ventanas de blanco y la pared más oscura, conseguiremos potenciar la luz que entre por la ventana.
Esperamos que probéis estos trucos visuales y comprobéis como con unos pequeños cambios podemos conseguir que nuestro cerebro perciba el espacio mucho más amplio y luminoso.