Las mascotas y los sofás pueden ser una de las combinaciones más explosivas de tu hogar. El instinto animal hace que nuestros peludos tengan predilección por el elemento más cómodo de nuestro salón, ya sea para darle su verdadero uso o para convertirse en un juguete anti-stress.
Ya trates a tu peludo amigo como uno más de la familia, con total libertad en toda la casa, o seas un dueño más estricto, relegándole a sus propias camas y mantas, os dejamos unos consejos para evitar que el temido enfrentamiento entre tu mejor amigo y tu nuevo sofá.