Los sofás con chaiselongue se han convertido en los reyes del salón, desbancando a los sofás de 2 y 3 plazas, que hasta hace poco eran los sofás más demandados.
Un sofá con chaiselongue combina un sofá de tres plazas con otro asiento más de mayor tamaño. La chaiselongue puede ir a la derecha o a la izquierda, dependiendo de la distribución de cada salón. Una de las ventajas de este tipo de sofás es que forman una especie de “L” que amplía la superficie útil del sofá, aumentando el número de asientos de este.
El chaiselongue es literalmente un sillón largo. Esta pieza nos aporta más comodidad, permitiéndonos estirar las piernas. La configuración más típica es la de un sofá de 3 plazas más el chaiselongue, aunque existen otras muchas combinaciones, como un 2 plazas con chaiselongue, un 4 plazas con chaiselongue o un sofá con asientos reclinables y extraíbles y chaiselongue.
También hay chaiselongues con poufs integrados en el brazo o con un práctico arcón para poder guardar mantas o cojines en su interior.
Un sofá con chaiselongue le da al salón un estilo moderno sin perder la comodidad necesaria para descansar. Mucha gente piensa que este tipo de sofás solo son aptos para grandes salones, pero en realidad solo depende de una correcta distribución, ya que al tener forma de “L” son perfectos para aprovechar los rincones y espacios muertos.