A menudo nos dejamos llevar por el diseño o el precio, pero existen varias variantes a tener en cuenta antes de realizar la compra de un sofá.
El sofá no es un mueble más, es la extensión de nuestro cuerpo. Es dónde descansamos,vemos películas y dónde vivimos experiencias, compartimos nuestro espacio con quiénes amamos y dónde pasamos también nuestro tiempo, por lo tanto, una elección así no puede tomarse a la tremenda.
Hay que tener en cuenta una serie de factores como son:
-Tela, tejido o piel
-Tener en cuenta cómo lo limpiaremos
-Modulares o de una pieza
-Color y tamaño
Todos estos aspectos se han de tener en cuenta ya que no es lo mismo tener un sofá de piel (¡Que en verano se nos pega y en invierno está helado!) o uno de tela que podemos desmontar y meter las fundas en la lavadora o limpiarlo cómodamente. Dependiendo siempre de nuestras necesidades y posibilidades es cómo elegiremos nuestro sofá de una manera adecuada y acorde con lo que debemos tener en casa.
No es lo mismo comprarnos un sofá blanco si por ejemplo tenemos niños, ya que es más probable que se manche, que uno más sufridito tipo marrrón, gris o incluso negro, que están muy de moda.
¡Espero que estos consejos os hayan servido para decantaros por un sofá que se adapte a vuestro estilo de vida!