Ahora que empieza a llegar el frío, empezamos a sacar los edredones, nórdicos, mantas y, cómo no, las alfombras.
Las alfombras, pueden usarse durante todo el año, ya que son un elemento decorativo con el que podemos jugar en nuestro salón; nos permiten delimitar espacios y dan sensación de calidez. Pero ahora con el frío se hacen más necesarias.
Tener una alfombra en el salón en invierno es perfecto porque nos permite movernos descalzos por el salón o sentarnos en el suelo a jugar con los niños, ya que nos aísla del frío del suelo.
En cuanto a diseños, podéis elegir una alfombra lisa, cuyo color sea similar al del sofá o bien, que contraste con este y haga juego con otro elemento del salón, como por ejemplo la lámpara de pie.
Otra opción es elegir una alfombra estampada que aporte vida y color al salón. Esta es la última tendencia en el mundo de las alfombras, los diseños y texturas que van más allá de su pura funcionalidad.
Por supuesto, depende de la decoración y estilo que tengáis en vuestro salón. Lo que está claro es que una alfombra es imprescindible en el salón, sobre todo con la llegada del frío, ya que nos aportará calidez y comodidad.